
No existen las palabras
que abran camino en esta soledad
el sol de madrugada
alumbra una senda que ya no está.
Y pido que la lluvia
caiga fuerte sobre mi
que ya no tengo llanto
para calmar mi sed
Y no vivir pensando
en sanar la herida
que llevo aquí en el alma
quieta y escondida
Déjame alzar el vuelo
saber donde va mi vida
Tras la puerta cerrada
anochece el recuerdo de tu piel
y habitan en mi pecho
tus manos atadas dentro del mil
latidos que amanecen
el corazón de luna
alumbrando la huella
de tu abrazo y tu miel.